Con todos los condimentos, aun con desconfianza, observan que el peronismo se encontró de repente con una oportunidad única de reordenar el espacio, de despertar a la militancia y hasta de articular un discurso para hacer frente a La Libertad Avanza. “Ahora dependerá de la humildad de los dirigentes”, expresaban. Entre tanto, la principal incógnita, como antes, sigue siendo la tensa confluencia entre La Cámpora y Axel Kicillof.
Del otro lado de la vereda, el Gobierno se halla en una situación desconcertante: la pérdida del control de la agenda, un hecho inédito desde que Javier Milei es Presidente.
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La condena a la expresidenta, con un proceso judicial al que catalogan de amañado, devino en un reverdecer político, con una centralidad en su liderazgo.
@mayrasmendoza
El frente “Peronismo”
El primer paso para intentar resolver esas lides será el martes. Una convocatoria a la sede de Matheu de los apoderados del Partido Justicialista. El llamado exhibe también el posicionamiento del Frente Renovador (FR) de Sergio Massa, que se plegó a Cristina Kirchner y a su hijo Máximo, quien viene levantando el perfil. ¿Será el diputado nacional el reemplazante de su madre en la Tercera Sección Electoral? No lo descartó cuando le preguntaron.
“Los apoderados del PJ y el FR empezaron a trabajar en el diseño del frente para la provincia de Buenos Aires”, difundió el massismo. Los apoderados del PJ, Gerónimo Ustarroz y Patricia García Blanco, y del FR, Eduardo Cergnul y Sofía Vanelli, “empezaron el diseño de la alianza electoral que podría llevar el nombre de ‘Peronismo’”. En el Instituto Patria confirmaron que ese sería el nombre del frente. Una propuesta que Massa ya había hecho en las reuniones de Matheu posteriores al fallo de la Corte.
La intención es delinear lo jurídico y luego constituir una mesa para definir métodos para elegir candidatos, tanto para septiembre como para octubre.
El martes se empezará a llamar a las otras fuerzas del acuerdo como Nuevo Encuentro, el PSOL, Patria Grande, el Partido Solidario y “varias de las uniones vecinales de cara a dejar constituido el sistema de selección de candidatos, acuerdos e incorporación de uniones a los efectos de dejar garantizada la estructura jurídica para las elecciones”. La intención es también plantear la estrategia en términos de definición del mensaje para ambos comicios.
En el campamento de Axel Kicillof esperan la invitación, que aún no llegó. Dicen que el diálogo, más allá de la fiebre cristinista que los arrimó al fogón estos días, está cortado desde el encuentro entre el gobernador y la expresidenta, llevado a cabo en los días posteriores al anuncio de la candidatura, previos al fallo de la Corte.
El mandatario bonaerense participó de la marcha a Plaza de Mayo con los estandartes del Movimiento Derecho al Futuro (MDF), su espacio propio dentro de la galaxia peronista, creado como un contrapeso a La Cámpora. En las horas anteriores, su presencia en Matheu fue protocolar, sin protagonismo, e incluso desplazado de cónclaves de mesa chica para ser invitado luego a un encuentro genérico de gobernadores, sobre el filo de la marcha. En el PJ nacional explican que no convocarán el martes al MDF porque no es un partido político, y por lo tanto no tiene apoderado. Pero que la intención es sumar al kicillofismo a las mesas posteriores. “Es con todos adentros”, arguyen.
¿Podrá el MDF presentar candidatos propios si el diálogo no se reestablece? Es decir, que la unidad declamada haya sido fugaz, un amor del otoño, de balcón. No lo descartan en La Plata, aunque sería una decisión “extrema”, reconocen. Kicillof prefiere la unidad, es lo que buscan sus nexos con el kirchnerismo. “Pero si el otro sector no quiere tener estrategia conjunta, no podemos hacerlo de prepo”, dicen desde su entorno. Y dejan la pelota del lado camporista.
Hay presiones que ya aparecen y otras que están por aparecer. La primera, es de largo plazo, y apuntan a que Kicillof se exprese sobre un potencial indulto en 2027, arrancarle una declaración que no agrade a los neutrales, sector clave para ganar elecciones. La segunda, de confirmarse, el nombre “Peronismo” conmina a cualquiera que no cierre por dentro al ostracismo simbólico de ser “no peronista”, por aplicación del método deductivo. Le pasó a Cristina en 2017, cuando inscribió Unión Ciudadana y Florencio Randazzo al Frente Justicialista. La acusaron de ir por fuera del PJ, pero también quedó demostrado que el partido es apenas una herramienta si no se tiene poder. De todos modos, claro está, el nombre «Peronismo» tiene otra potencia.
“Después de la contundencia de la marcha y todo lo que está generando Cristina, la discusión por quién tiene más dirigentes quedó chiquita, la misma gente nos obliga a acordar”, mencionan dirigentes cercanos a la expresidenta.
Si la unidad no se logra con todo el viento a favor, muchos terminarán coincidiendo con la tesis que deslizó Javier Milei en su entrevista televisiva. Los no K habrán participado el miércoles de un multitudinario “partido homenaje”.
Desconcierto en LLA
Por supuesto, el comentario sobre la entrevista a Javier Milei sirve para ejemplificar el desconcierto en el que se encuentra el Gobierno. Acostumbrados a manejar la agenda, en la Casa Rosada perdieron el control de la opinión pública.
La primera opción fue el silencio. Que la condena jugara a favor, por ser un anhelo antiperonista cumplido en la era Milei. También, para que la marca se la llevara Mauricio Macri, responsable en tal caso de la potencial maniobra política en la Justicia.
Sin embargo, en la Casa Rosada empezaron a ver con preocupación un repunte de Cristina en términos de sondeos y de centralidad. La primera reacción, con Santiago Caputo menos activo en los últimos días, fue devolverle el micrófono a Manuel Adorni para que retomara las conferencias de prensa matutinas. La segunda, una entrevista de Javier Milei con un periodista afín de LN+, de los que no reciben el escarnio oficialista, que dejó más preocupaciones aún. Es que la sensación en Balcarce 50 fue que la palabra de Milei, quien no se había expresado además por estar de gira internacional, genera cada vez menos atención. Por caso, midió apenas 2.7 puntos. Al mismo tiempo, una entrevista de rutina en TN de la ministra de Seguridad Patricia Bullrich medía 2.8. El canal de línea más opositora, C5N, superó ambos guarismos con su programación habitual.
Desde este lunes, el Gobierno buscará recuperar el protagonismo. Milei volverá al ruedo, para medir si la intrascendencia se debió a un esporádico auge de Cristina. Pero también hubo una convocatoria para el martes para discutir el Pacto de Mayo, una serie de preceptos abstractos, bonitos, pero en muchos casos difíciles de bajar a la realidad. Reformas fiscales o laborales, por caso, necesitan respaldos parlamentarios que LLA no tiene.
Los gobernadores, en paralelo, están que trinan y volverán a acelerar reclamos por coparticipación y obras con un encuentro amplio este lunes en el CFI. Prefieren fondos constantes y sonantes antes que las banderas bienintencionadas de un pacto imposible, al que no obstante se prestaron para la foto, en el frío tucumano de julio de 2024.
En el Congreso, la oposición arrecia, y la Casa Rosada busca freezar la actividad. Lanzarse en armas con proyectos propios, como el que consagra el uso de los dólares en el colchón, podrá terminar en un revés si no va al recinto con los votos contados, que por ahora no aparecen.