El Intendente de Mocoretá resalta la capacidad productiva de la localidad, aunque advierte sobre riesgos en la importación sin freno. «Desde el Estado nacional deben tomar nota de esto ya que puede traer consecuencias no deseadas», dijo.
Al intendente de Mocoretá, Juan Pablo Fornaroli se refirió en la víspera al complejo panorama que atraviesan las economías regionales. A pesar de la coyuntura, destaca la robustez de su sistema productivo, que motoriza la vida local con 54 galpones de empaque y 16 aserraderos.
La localidad, cuyo motor económico depende enteramente de la producción citrícola y maderera, afronta desafíos derivados de la situación de los mercados nacionales y la presión de las importaciones. En este marco, Fornaroli se toma ante EL LIBERTADOR un momento para analizar el presente y lo que le depara al corazón productivo de Corrientes.
A continuación, el desarrollo de la charla.
Si tuviera que describir el pulso económico actual de Mocoretá, ¿cómo lo definiría?
-La realidad es que Mocoretá, como la mayoría de las economías regionales en la Argentina, está atravesando un momento complejo. Es un pueblo que vive 100 por ciento de su producción cítrico-maderera, y la realidad es que no viene atravesando un buen momento en cuanto a los mercados nacionales. Esto, sin duda, impacta directamente en nuestra localidad.
¿Cómo se mantiene a flote la estructura local a pesar de estas dificultades cíclicas?
-Nuestro sistema productivo es bastante robusto. La particularidad es que, independientemente de las situaciones económicas que atraviesa la Argentina, el trabajo y el empuje se requieren igual. Nosotros vivimos en el sentido más amplio de la palabra a través de ese sistema. La localidad se motoriza cuando arranca la parte del año donde se comienza a cosechar la fruta para frío, y eso también dinamiza a los aserraderos. Para dar una idea de la escala, Mocoretá tiene 16 aserraderos y 54 galpones de empaque. Siempre tenemos esa fe, esa esperanza, de que la situación va a cambiar.
¿Qué tan grave es el impacto de la competencia externa en su localidad?
-Hace un tiempo se vio el ingreso de un poco de citrus de Egipto y otros países, a un costo con el que realmente nosotros no podemos competir. Es difícil competir en materia de precio y, aunque Corrientes es una de las mejores provincias y Mocoretá es el corazón de esto, con una calidad de citrus que es buscada por el mundo -por Brasil, por Paraguay, Rusia, Estados Unidos, la Unión Europea, que son los distintos puntos que nos han comprado-, obviamente nos impacta de lleno que el mercado nacional sea abarcado por productos de importación.
¿Cuál es el principal obstáculo para competir internacionalmente y en el mercado interno contra esos productos importados?
-El desafío en Argentina, más allá del citrus, tiene que ver con lograr mermar los costos productivos. Eso es lo que nos permitiría competir con países como Egipto. El productor siempre tiene una capacidad de resiliencia, de aprender, de reinventarse y de ver cómo podemos salir a competir en este nuevo escenario.
¿Qué se le pide entonces al Estado nacional para poder equilibrar la cancha para el productor local?
-Siempre lo decimos: necesitamos que el Estado ponga el ojo en estas economías regionales. El productor está dispuesto a competir, pero nos pide: «Dame las herramientas para competir.» Y hoy todavía no han llegado esas herramientas.
¿Cuál es el legado que deja su gestión en cuanto a la visión de futuro?
-En lo personal, me gusta siempre tener la mirada hacia adelante. Creo que lo importante es lo que resta o lo que tenemos para hacer. Pero la sociedad siempre nos acompañó. No solo le veníamos a contar lo que hicimos, sino porque le mostrábamos el camino de lo que íbamos a hacer. Tenemos por delante un desarrollo aún en materia de obra pública muy importante. Nuestra marca registrada fue mejorar los espacios públicos, para que el mocoretaense comience a vivir, transitar y disfrutar su ciudad. Hemos avanzado mucho en plazas, bicisendas, nuestra reserva, sin hablar de pavimento y obras estructurales como escuelas, comisarías, Juzgado.